miércoles, 7 de diciembre de 2011

Fantasía... ¿Solo para niños?


Me tomo la libertad en esta entrada de publicar una nueva traducción. Esta vez se trata de un escrito publicado por Elspeth Cooper en su propio blog, y casi bajo el mismo título. ¿Y por qué he decidido publicarlo? Pues por varias razones....pero antes aclaremos quién es Elspeth Cooper.
Elspeth Cooper es una novel escritora británica, cuya primera obra "Songs of the Earth" (publicado en español con el título "Bajo la Hiedra") ha tenido un enorme éxito, tanto, que su popularidad está siendo comparada con "El Nombre del Viento", que a su vez fuera la ópera prima de Patrick Rothfuss. El libro realmente engancha. Elspeth es una narradora muy hábil, y la historia que nos cuenta está muy bien urdida.

Pero no es del libro de lo que trata esta entrada en su blog, sino de cómo de nuevo se ha catalogado a la fantasía como "cosa de niños", y al parecer no por cualquiera sino por alguien con suficiente background como para hablar tan a la ligera. Como fiel Tolkiendil me he sentido motivado por la mención que se hace a "El Señor de los Anillos", pero lo que más me ha gustado de lo publicado por Elspeth en su blog ha sido su sinceridad y su fiereza al defender la fantasía; además del amplio conocimiento del tema fantástico que muestra esta nueva escritora. No más fíjense al final, en la nota que ofrece la autora, los títulos que menciona; aunque yo añadiría dos series más (ambas con 4 libros): "Máquinas Mortales" de Philip Reeve, y "Faerie Wars" de Herbie Brennan.

Les dejo entonces con la traducción de su entrada en el blog, y los vínculos de referencia para los artículos originales en inglés. Ah....y sí, ya estoy en contacto con Elspeth para un próximo número de Estronia.
Traducido del Blog de Elspeth Cooper, con permiso de la escritora.
 
"Me encanta cuando el 'negocio literario' 'descubre' algo de fantasía", tweeteó ayer en @DelReySpectra, la editorial norteamericana de este género, haciendo referencia a un artículo en el periódico New Yorker.
El escrito en cuestión, "El Huevo del Dragón – alta fantasía para jóvenes adultos" es una pieza muy bien escrita, articulada y llena de suave humor, por eso puedo notar el por qué Adam Gopnik se ha ganado el National Magazine Award por sus ensayos, pero para cuando llegué al final del mismo me había quedado con algo así como un saborcillo amargo: una discreta impresión de que él piensa que TODA la fantasía es para jóvenes adultos (adolescentes fundamentalmente).

Los libros que él escogió para ilustrar su artículo fueron El Señor de los Anillos, la saga Crepúsculo, y el Ciclo del Legado de Paolini. Casi que se pueden ver las etiquetas de "clásico perdurable", "para chicas" y "para chicos" flotando por encima de ellos, diciendo mírenme, vean que equilibrado estoy siendo.

Puedo entender sus opciones: El Señor de los Anillos es un título que garantiza ser reconocido. Es alta fantasía, pero yo no lo clasificaría como para jóvenes adultos, que fue la idea que imprimió a su ensayo. ESDLA es demasiado extenso, demasiado denso, demasiado sinuoso para el lector joven de nuestros tiempos: pasa muy poco durante demasiada parte del tiempo, y ni siquiera el más acérrimo seguidor de Tolkien pudiera caracterizarlo como apresurado. Admito que era una joven adulta cuando lo leí por primera vez, pero para ese entonces ya había leído (¡por elección propia!) Beowulf, La Ilíada y La Odisea, así que no era la típica persona de 11 años.

La serie Crepúsculo de Stephenie Meyer y el Ciclo del Legado de Christopher Paolini sin lugar a dudas están dirigidos a los adolescentes (este último siendo escrito por uno es, en adición, el único que realmente encaja en la definición de alta fantasía para jóvenes adultos) y el análisis de Gopnik de al menos parte sus atractivos lo atestiguan muy bien:

Así es como las Bellas del mundo realmente experimentan sus vidas, desgarradas entre el chico sensitivo y cool, proveniente de una familia extraña y pudiente, y el chico atlético y atractivo que vive al otro lado de la calle. Es "mi vida real" con colmillos y pelaje.

Esto ha dicho de Crepúsculo, aunque pienso que lo está elevando hasta el punto de darle la categoría de "alta fantasía" a un romance paranormal con categoría PG (Parental Guidance). De Paolini dice:

Chicos adolescentes, del tipo de los que ponen a los libros en primer lugar por estos días, ya experimentan sus vidas como una serie de vía crucis: pruebas, en todo sentido…las que apuntan solo a prepararlos para la próxima serie de vía crucis: esta es la historia de sus vidas.

Gopnik reconoce a las claras el fenómeno editorial en que se han convertido tanto Crepúsculo como el Ciclo del Legado; apunta jovialmente al hecho de que el último volumen de Paolini tiene una tirada de dos millones de copias. Mas, igualmente a las claras, no cree que estén muy bien escritos: la Meyer es "una escritora torpe con uy poco sentido de la construcción" y Paolini es "un narrador inexperto y un creador de mitos derivativo".

Tomen esos dos comentarios por separado y podemos decir que tiene un punto a favor; la magia de ninguna de las dos series radica en las tecnicidades de su ejecución. Pero llevando en mente esos ejemplos y comentarios, y leyendo el ensayo como un todo, se infiere que Gopnik cree que TODA la fantasía está pobremente escrita, es conservadora o derivativa, y privada de una profundidad psicológica o de realismo…

Lo que sustituye a la psicología en Tolkien y sus seguidores, y hace que las historias no parezcan estériles y externas, es lo que precedió a la psicología en la literatura épica: una abrumadora sensación de estar leyendo historia y, con ella, una sensación de pérdida. La constante evocación de una gloria perdida o que se desvanece —Númenor ha caído, los elfos se marchan de la Tierra Media— hace el trabajo emocional que realizan las mentes perturbadas en la ficción realista.

y comparable con videojuegos…. 

El placer proviene de la habilidad del chico/a de controlar los símbolos y los mitos de la saga, como en esos videojuegos de varios niveles, en lugar de por la simple absorción de la narrativa.

Pero eso no fue lo único que me hizo sobresaltarme. Él también utiliza la frase: 'aún alguien susceptible a casi todo tipo de fantasía', como si no fuera culpa del propio lector de fantasías que le gusten este tipo de cosas; son susceptibles a ellas, los pobrecitos, como si fuera un defecto genético como las piernas combas o la predisposición a la diabetes.

¡Auch! ¡Eso duele!

Para ser justa  con él, Gopnik deja muy bien claro que la fantasía ayuda a que los niños/as aprendan, organicen y controlen los mitos y los símbolos de estas sagas como herramientas que les ayudaran a enfrentarse a las tareas escolares o a madurar. Excepto que lo hace mientras señala que Eragon, el héroe titular de Paolini, aprende a ser un jinete de dragón, pero nunca se vuelve un adulto, y de esa manera refuerza la ya gastada y antigua componenda de que la fantasía —cualquier tipo de fantasía— es solo para niños: En el momento en que están listos para enfrentarse a las pruebas de ingreso de la universidad, ya son jinetes de dragones, aunque todavía no sean adultos. Y luego nos invita a mofarnos de esta "historia meramente burlesca"

Su argumento final es convincente y autoritario a la vez, pero para ese entonces ya me había perdido, y ninguna cantidad de humor afable me iba a ganar de nuevo. Al seleccionar esos ejemplos, para luego buscarles los defectos debido a su escritura más o menos pasable, insulsez impenetrable o argumento derivativo, y resaltando como sus principales fortalezas solo la relevancia que alcanzan en la vida de los adolescentes, Gopnik deja que el lector llegue a la conclusión de que si estos son títulos de enormes ventas (1), el resto del género también debe ser como esto, solo que mucho peores, ya que no se venden tan bien.

Y al presentar criterios tan sonoros acerca de lo que la fantasía puede enseñar en el mismo párrafo en que presenta referencias a las lecciones infantiles acerca de cómo agarrar un cuchillo (las cuales muchos de nosotros ya dominábamos antes de comenzar la escuela primaria), y aprender a distinguir el bien del mal (lo que muchos de nosotros ya sabemos desde mucho antes de llegar a nuestra adolescencia), de nuevo Gopnik da a entender que estas son lecciones para personas muy jóvenes, lecciones que ya los adultos han aprendido.

En otras palabras…sí..., ya lo entendieron. Solo para niños.

Discúlpenme mientras me saltan chispas.
Díganle a George RR Martin que él está escribiendo libros para chicos. No debe haber sido por las escenas de desnudo, de incesto, y de decapitación por lo que HBO decidió transmitir la serie Juego de Tronos después de las 9pm, con la advertencia de que contenía temas para adultos. ¿Solo para niños?

Díganme que todos los chicos entienden todos los chistes en los libros de Terry Pratchett. Sí, incluyendo ese del Principio de la Incertidumbre de Heisenberg. Estoy segura que en estos días ya se imparte mecánica cuántica en las escuelas.

Pudiera continuar con la comunicación no verbal en el Cuarteto del Largo Precio de Daniel Abraham, o Los Héroes de Joe Abercombie como "un acta de acusación de guerra y la duplicidad que corrompe a los hombres compitiendo por el poder total " (Eric Brown, The Guardian). ¿Solo para niños? ¿De verdad?

La fantasía es mucho más que vampiros y hombres lobo, elfos y enanos, no importa la composición demográfica. Si él hubiera seleccionado ejemplos de textos más representativos en vez de solo los más visibles (demonios, si incluso hubiera leído el tútulo de su ensayo por un momento) se hubiera dado cuenta. En su lugar todo lo que mostró fue sus prejuicios bellamente articulados.

***
(1) ¿Y por qué seleccionar solo los de mayores ventas? ¿Por qué no seleccionar Los Juegos del Hambre, o Artemis Fowl; o El bosque de las Manos y los Dientes o Un Mago de Terramar? OK, esos no son títulos de alta fantasía, pero eso no lo detuvo cuando seleccionó Crepúsculo. ¿Podría ser que Adam Gopkin realmente no sabe mucho acerca de la fantasía para jóvenes adultos, y solo está basándose en la lista de los best sellers? Sería una pena. El éxito comercial nunca ha sido una métrica para el mérito literario, y aunque ocasionalmente se entrecruzan (Wolf Hall de Hilary Mantel: vendió 600 mil copias en 2010, y ganó el Booker); generalmente no ocurre (El Código DaVinci de Dan Brown: vendido por montones y, bueno, no lo ganó).

2 comentarios:

  1. Sí, Elpeth Cooper ha defendido con garras y colmillos la literatura fantástica y tiene en mí a una aliada, pues creo con firmeza que lo fantástico no tiene límites de edad, dónde diga: prohibido para mayores de 19 años. No es un problema de susceptibiliades, ni de inmadurez. Es una forma de ver y vivir la vida, de proyectarse ante esta, es un sello que cada unos de nosotros elige llevar como estandarte y con mucho orgullo. Sí, Gopnik puede exponer sus criterios, lo que piensa, pero no hacerlo con absolutismo, en este mundo nuestro, lo único que es absoluto, es la relatividad de las cosas. Por lo tanto, no puede dar por sentado o como un hecho que la Literatura fantástica es solo para niños. No tiene el dercho de encerrarla en un marco estrecho, ni degradarla, ni sujetarle a una edad determinada. La Literatura fantástica, con el paso del tiempo, nos ha deleitado, a TODOS sus amantes y seguidores, (sin importar edad) con grandes ecritores y sus colosales obras. Y eso, no lo va a cambiar un simple artículo del Sr. Gopnik, en el NewYorker.

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  2. Excelente artículo de Cooper. Lamentablemente, el concepto de que la fantasía actual es cosa de adolescentes se ha convertido en consenso casi general. Es curioso, porque eso no ocurre con autores como Poe, Lovecraft, Lord Dunsany, Hoffmann y otros clásicos.

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